sábado, 4 de febrero de 2012

MMM: Matisse, Muddy Waters, Mordiscos


Mordiendo una naranja me partí los labios en dos.
El ácido corrosivo penetró por la comisura y poco a poco fue terminando con mi boca. Necesitaba que sobrevivieran, ellos eran los únicos testigos directos de todos mis besos.
NO podía dejar que se pudrieran en el olvido. Sabía que incinerarlos y esparcirlos desde el balcón era una opción.

Pero en este caso, no había opción. Ellos tenían que renacer.
Sentada en aquél bar no se me ocurrió otra cosa que pedir una cubitera. En ella sumergí esos labios rojos partidos en dos.... apaciguando su calor con el hielo. Obligándolos a que se relajaran y durmieran.

Me fui. Me fui lejos.

Mi hermana volvio un día por aquél bar. Dicen que el dueño,sorprendido, dejó aquella cubitera en la última mesa.

Señores, los labios echan raíces. Todo lo que tiene identidad propia lo hace.
De aquellos labios nacieron/surgieron yedras que crecían y crecían en busca de un beso que las salvia - ra de entre tanto cubito.






MMM: Matisse, Muddy Waters y Mordiscos.

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