sábado, 4 de febrero de 2012

Carne y hueso o la muerte de un torero


El príncipe de los ruedos ha muerto. Empañado de su sangre azul está acostado hacia arriba con el puño agarrado, sin querer soltar la vida por la que tantas veces luchó. Su cuerpo desfigurado por los golpes se deja entrever por las tinieblas, heridas del pasado que al morir explotaron en su rostro.Berrugas, boñigotes y rasguños que suben, como la levadura en el horno. La muerte potencia los rasgos, los destruye para que se vuelvan ridículos.
Pero no solo veo su cuerpo. En él se han mezclado litros y litros de lágrimas, azules intensas, pegajosas, rabiosas, llorosas. Marinero de luces.
Traspasamos esa masa, al mirar al cadáver intensamente y nos encontramos con su persona-lidad.Fuerte, reafirmante en su grosor, doble, intenso, bruto, que se deshilacha para acabar cayendo al vacío en un finito hilo de inesperanza.
La bifurcación de su existencia nos lleva interesadamente a aquél que le vio y junto a él murió. Toro, toro que enviste a la izquierda, dirección exacta donde se partió la vida del maestro. Muchos lloran también por el animal, muerto, sacrificado  por querer salvar su propia vida. Los cuernos despiertan el interés del espectador, esos cuernos que tanto se parecen a la personalidad de su asesino: duros, dobles, dos.
Pero la muerte cala, cala hondo y lleva a los huesos.

Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía, me dejó aquella tarde agitando el pañuelo, sentada en la orilla. Marinero de luces con alma de fuego y espalda morena…. El filo hilo, desde el recuerdo de lo que fue, desde el féretro que lo atrapa, intenta mirar por última vez con fuego encendido antes de dejarlo todo e irse. Ese punto negro, ese punto y final a una historia de vida que pudo ser más larga, pero no más intensa.



El aroma del mar.

1 comentario:

  1. si te digo la verdad no sé muy bien para que sirve "escribir" aunque para algo debe servir. Tu tienes el virulento compromiso de la primera del singular, me gusta lo crudo, lo pasional, lo torrencial, escribes como eres hiperbólica. Cuando haya más, supongo que me enetero, es el único blog que sigo.

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