Le aseguré al doctor que su estado era grave. Después de hinchar sus hígados de vino tinto y nata salió a pescar. Se olvidó la caña y acabó en el río, engulliendo barro y mierda de caballo.
La muerte sobrevolaba su nariz, su advertencia fue clara:
- Maldito empachado, será mejor que saques por la boca todo lo que lleves dentro o vas a tener que acompañarme.
Y así fue como el Sr. Waits escupió Heartattack and Vine, la primavera de 1980.
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